martes, 26 de mayo de 2015

el día en el que me gané algunos enemigos

Eran las diez de la noche, lo llamé de un teléfono público y le dije: "¡ACOMPÁÑAME! ¡VAMOS!" me dijo que tenía un concierto de esos que le gustaban, le dije: "'NO HAS ENTENDIDO! TE ESTOY PIDIENDO QUE VENGAS CONMIGO, ¡NUNCA TE PIDO NADA! ¡LA VAMOS A PASAR BIEN! ¡VAMOS! NO SEAS HUEVÓN, ¡VAMOS!" escuché su risa y me dijo: "ya, ya, vamos, ven a mi casa y vamos..." Tomé un taxi con dirección a su casa y en el camino no encontraba mi billetera, llegué a su casa. Él me esperaba con su sonrisa clásica, cuando bajé del taxi me abrazó fuerte; le pedí que pague el taxi porque no encontraba mi billetera.

Subimos a su cuarto, yo estaba con la angustia de haber "perdido" mi billetera. Igual no pude con mi ser y me burlé del papel tapiz de la habitación, parecía el cuarto de una abuelita... Hablamos un poco, mientras yo buscaba mi billetera, hasta que me terminé de angustiar porque no la encontraba. Tan bueno él, me dijo para ir a buscarla y así emprendimos ruta por todos los sitios donde había estado yo antes... en el camino, me abrazó, me dijo que le hacía recodar a aquel 4 de mayo en el que salí de casa para enfrentar una vida más independiente. (Léase -luego- en algún momento 4 de mayo).

En aquel taxi recorrimos tres distritos buscando mi billetera, a cada momento me decía que no me preocupe que la plata se hace, que si ya perdí pues no importaba, que si necesitaba algo él me ayudaría, no dejaba de abrazarme y yo siempre fiel a mi estilo: "ya quita, quita la garra, no abraces mucho". Hablamos también sobre cómo estábamos cada uno en su vida, las burlas de siempre entre los dos, un update sobre su madre y mis padres, nos miramos sabiendo que habían pasado muchos años desde esa primera vez que nos vimos de noche y acordamos ser amigos por siempre y, eso fuimos, compañeros de vida, de ruta, de competencia.

Encontré mi billetera, pero ya no tenía ganas de salir. Él me miró con cara de ¿y ahora? y nos quedamos hablando un rato, nos acordamos mucho de momentos tensos en nuestras vidas y nos reímos como siempre. Me preguntó si quería acompañarlo al concierto que tenía con sus amigos  y yo le dije que no. El plan alterno era ver películas y comer algo. Finalmente, ya le había cambiado los planes y la noche se nos hacía larga con tantos recuerdos.

Algo dentro de mí me hizo preguntarle nuevamente si quería ir a su concierto. Me dijo que no, normal, que se quedaba conmigo. Insistí, vi cómo sus ojos le brillaban cuál perro cuando le dicen: ¡parque!; le dije que vaya con sus amigos, que se divierta con elegancia eso sí jaja... me dijo: "no no, me quedo contigo, ¿cómo crees que te voy a dejar sola?" insistí porque sabía que él quería ir al concierto con sus amigos, me volvió a decir que no, pero luego me miró y me dijo: "ya sé,  voy pero si llamamos a Fritz para que se quede contigo ¿ok?" y así fue. Él mismo llamó, esperó a que venga y le dije: "bueno amigo, ahora sí, ve con Dios, tranquilo eh! mañana te llamo", me dio un beso en la frente, me abrazó como si fuera su mamá dándole permiso para que salga, le dio la mano a Fritz y se fue al dichoso concierto.

Este incidente hizo que muchos amigos de él, especulen sobre que él los dejó de lado por mí y no creo que haya sido así, tampoco es como otros dicen que él haya reaccionado y me haya dejado sola. Fue un momento en que ambos quisimos estar juntos, yo lo convoqué, él accedió y luego de un par de horas yo cedí y compartí esa noche para que él también vea a sus otros amigos. Sí, si me hubiera gustado quedarme a ver pelas y comer, los tres con Fritz pero... un amigo, un buen amigo sabe entender y compartir.

EXTRA:
Me dice Fritz: "En realidad gracias a que yo fui a verte es que él no se quedó contigo toda la noche, agradéceme porque sino te odiarían mucho más...".


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