viernes, 15 de febrero de 2019

Trujillo, los Trujillanos somos...



Hace diez días que estoy en mi hermosa ciudad. Lo mejor de Trujillo es la casa de mis padres; mi habitación, mis perros y el olor de la comida. Aquí me despierto todos los días por arte de magia a las 5:30 a.m., justo en el momento que la noche se hace día, estoy sincronizada con el cielo. Por cierto, detesto llegar a casa de día y ese es el riesgo de juerguearte en Trujillo.  Puntos para Madrid, más aún en invierno que no amanece hasta las 8:00 a.m. o sea que, todo bien.

Otra cosa que no puedo olvidar de mi ciudad es la forma de conducir de los habitantes, todos en su mayoría no respetan señales de tránsito, es más si te ven cruzar aceleran en ves de darte el paso, te tocan el claxón hasta dejarte sordo y la cantidad de tonterías que nos podemos decir en situaciones de caos. Yo me incluyo porque pasa más cuando vas en moto. Eso sí, cuidado porque puedo pasarle lista a toda tu familia.

Pero luego a pie, somos un encanto, los Trujillanos somos muy amables, somos conversadores, coquetos, tenemos un orgullo que nos nos cabe en la piel. "Trujillo tiene lo suyo y lo comparte con orgullo" así decía la publicidad de la Pilsen Trujillo, ah sí, tenemos nuestra propia cerveza. También somos bien pesaditos con la comida, en Trujillo se come de putamadre y todavía no muy caro. Ahora, si tienes suerte como yo, tienes una mamá o un amigo/a con una mamá que cocina como los dioses.

Los Trujillanos somos cariñosos, atentos, generosos y tenemos el ego bien gordito, somos lo más. Las mujeres más guapas que los hombres y los hombres, en palabras de amigas Limeñas, son bien pendejos. Pero bueno, no se puede ser juez y parte, vamos a decir que hay de todo.

En Trujillo tenemos de todo y eso sí, somos muy pesados con las aclaraciones sobre cómo comemos los Trujillanos. La comida norteña es sin duda la mejor del Perú, pero la sazón Trujillana es la que manda, hay cosas de Piura, Chiclayo que están bien pero... ¿se han dado cuenta? qué pesados somos los Trujillanos. Tenía que volver a tocar el tema, porque así somos.

El único problema de mi ciudad es la inseguridad, y es una pena, a mi me da miedo salir por la calle... con todo lo vivido, cuando estoy aquí trato de movilizarme siempre acompañada o pedirle a mis amigos que me recojan y me vuelvan a casa. No es una exageración, y en tal caso, prefiero parecer tonta a que me pase algo.

De todas formas, Trujillo siempre va a ser mi ciudad, mi lugar, mi casa... el sitio donde siempre que vuelvo me doy cuenta que sigo siendo la misma persona, la misma que mantiene su forma de hablar y acento. Si ¿di?.





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