viernes, 14 de diciembre de 2018

Fuera miedo!



Nunca había sentido miedo hasta cuando me quitaron el yeso y tenía que volver a caminar, ya ha pasado un tiempo de esto, en total año y medio de rehabilitación, seis clavos que menos mal me los retiraron luego de estar tres largos meses con la pierna enyesada. Sabían que por cada día de yeso son quince días de rehabilitación? Alucinante! Pero sí, qué miedo volver a andar y pisar, y saltar, aprender todo de nuevo. Menos mal que soy una persona con suerte y tuve al ángel Nadya que me ayudó cada día a tener un motivo para ponerme de pie, preparar la comida y echar unas risas.

Recién hace menos de un mes me puse tacones, obvio, no pude terminar la jornada, tuve que pedir auxilio y salí hasta premiada con un par de zapatillas negras, además de ganar un amigo encantador. Prometo de hablar de él en otro post. Y eso, bendito yeso, grandiosa caída, ni tan grandiosa, caída tonta... de todas formas una caída importante para el que necesita aprender a ser paciente.

Crepitación, así se llama cuando se te rompe un hueso y suena PRACCCCCCKK! con K al final porque es un sonido seco y rotundo.

Me he acordado de esto hoy, porque ante la duda: la aclaración; y ante el miedo tonto del no saber: el enfrentar... hay cosas que realmente dan miedo, lo concreto. Lo subjetivo siempre puede esperar y como dice Buda, ante la duda, no hagas nada.
Share:

0 comentarios:

Publicar un comentario